En una noche cargada de tensión y dramatismo, los Dodgers de Los Ángeles volvieron a imponer su autoridad en la Serie Divisional al superar 4-3 a los Filis de Filadelfia, resultado que los deja a solo un triunfo de avanzar al campeonato de la Liga Nacional en la MLB.

El protagonista indiscutible fue Blake Snell, quien en seis entradas impecables, apenas permitió un hit y recetó nueve ponches que silenció los bates de Bryce Harper y compañía. Su control del juego fue quirúrgico, manejando la zona con inteligencia y una recta que quemaba el guante.
Del otro lado,el peruano venezolano Jesús Luzardo también ofreció una joya de pitcheo durante seis episodios, hasta que la ofensiva angelina carburó en el séptimo inning para romper el equilibrio. Ese fue el momento que cambió el guión de un juego cerrado, de esos que se definen en detalles y nervios.

Cuando llegó el séptimo episodio y con la pizarra en blanco, Teoscar Hernández encendió la chispa con un imparable que cortó una racha de 17 outs consecutivos. A partir de ahí, el ruido cambió de lado. Will Smith, siempre oportuno, conectó un sencillo productor de dos carreras que desató la euforia en el dugout azul, y Shohei Ohtani selló la entrada con otro batazo que amplió la ventaja.
La respuesta de Filadelfia no tardó, pero llegó tarde. En el noveno, con el orgullo por delante, Nick Castellanos conectó un doble de dos carreras que hizo temblar las gradas. Sin embargo, la defensa californiana, liderada por Freddie Freeman, sostuvo el muro y frenó la remontada.
Los Dodgers, con su pitcheo dominante y una ofensiva que aparece cuando más se necesita, demostraron el porqué son considerados uno de los equipos más completos de esta postemporada.
El Dodger Stadium se prepara para la sentencia
Con la serie 2-0 a favor, los angelinos regresan a casa con la confianza por las nubes y la posibilidad de cerrar la historia frente a su público. El Dodger Stadium promete ser una caldera el día del Juego 3, donde todo apunta a un duelo entre Yoshinobu Yamamoto y Aaron Nola.
Filadelfia, obligada a ganar, deberá apelar a su garra para extender la serie. Su ofensiva necesita despertar temprano y no dejar que los abridores de Los Ángeles dicten el ritmo.
Mientras tanto, los Dodgers quieren aprovechar su momento dorado: una rotación que domina, un bullpen sólido y un lineup que sabe cuándo golpear. El sueño angelino está más vivo que nunca, y el Caribe deportivo lo siente en el aire: el campeón de la Liga Nacional podría definirse muy pronto bajo el sol de California.