El béisbol volvió a vivir una noche inolvidable en el Dodger Stadium, y el protagonista no podía ser otro: Shohei Ohtani, el jugador que rompe todos los moldes, escribió una nueva página dorada en la historia de las Grandes Ligas. En el cuarto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, el japonés fue la figura total en la victoria de los Dodgers de Los Ángeles sobre los Cerveceros de Milwaukee, una actuación que selló el boleto del equipo angelino a la Serie Mundial.
Desde el montículo, Ohtani fue una obra de precisión y poder. Lanzó seis entradas completas, recetó 10 ponches y apenas permitió dos imparables, anulando por completo a la ofensiva cervecera. Su dominio se basó en una mezcla letal de rectas altas y rompientes con movimiento tardío que dejaron fuera de balance a todos los bateadores que se atrevieron a enfrentarlo. Fue una demostración de temple, talento y control en el escenario más exigente.

Sin embargo, lo que realmente convirtió esta noche en un hecho histórico fue su aporte con el madero. Ohtani se fue de 3-3 con tres cuadrangulares, convirtiéndose en el primer lanzador en la historia moderna de la postemporada en conectar tres jonrones en un mismo juego. Cada batazo fue más que un impulso en el marcador: fue un mensaje de autoridad y liderazgo, confirmando por qué es el jugador más completo del béisbol actual.
El japonés fue elegido de manera unánime como el «Jugador Más Valioso» de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, un reconocimiento inevitable ante semejante dominio en ambos costados del juego. Su actuación impulsó a los Dodgers a conquistar la serie y posicionarse como claros favoritos de cara a la Serie Mundial.
Detrás de su brillantez también se esconde la solidez del cuerpo de abridores angelino integrado por Blake Snell, Yoshinobu Yamamoto y Tyler Glasnow, quienes a lo largo de la serie frente a Milwaukee registraron una impresionante efectividad colectiva de 0.63 en carreras limpias permitidas, prueba de la profundidad y consistencia de una rotación diseñada para ganar campeonatos.
El fenómeno Ohtani volvió a demostrar que no tiene límites. Lo suyo trasciende estadísticas: representa el futuro del béisbol, un atleta que desafía lo posible y que cada noche deja al público con la sensación de haber presenciado algo único.
En Los Ángeles, los fanáticos ya no se preguntan si Ohtani es el mejor del mundo; ahora solo quieren saber hasta dónde puede llevarlos su magia. Y con esta actuación legendaria, la respuesta parece clara: hasta la gloria de la Serie Mundial.