El Bakú City Circuit vuelve a convertirse en protagonista de la Fórmula 1 este domingo 21 de septiembre. Con sus 6.003 metros por vuelta, el trazado callejero combina la recta más extensa del calendario con un sector revirado que atraviesa el casco histórico, donde los muros acechan a centímetros de los monoplazas. Esta mezcla hace de Azerbaiyán un GP de contrastes: máxima velocidad en un sector y pura precisión en otro.
Los pilotos deberán mantener la concentración al máximo, ya que un error mínimo puede terminar con la carrera contra el muro. Además, la probabilidad de safety car es una constante en este circuito, lo que convierte la estrategia en un verdadero rompecabezas para los ingenieros.
En Azerbaiyán: McLaren, Verstappen y Ferrari en la mira

La lucha por el campeonato de pilotos está al rojo vivo. Oscar Piastri lidera la tabla, seguido de cerca por Lando Norris y Max Verstappen, mientras que Ferrari, con Charles Leclerc y Lewis Hamilton, busca arrebatar protagonismo en un trazado que suele favorecer las sorpresas.
No obstante, tampoco se pueden descartar a Mercedes con George Russell, Aston Martin con Fernando Alonso y las otras escuderías Williams, Sauber y la misma Racing Bulls que se están preparando para salir a ajustar sus ches cuando el viernes inicien las prácticas libres de cara a la clasificación que se corre el día sábado, previo al GP de Azerbaiyán.
En cuanto a los fabricantes, McLaren llega como gran favorito y con la posibilidad de acercarse aún más al título de constructores. Pero Bakú nunca ha sido un terreno fácil: la recta principal favorece a Red Bull, mientras que Ferrari puede encontrar ventaja en el sector técnico. La combinación de estos factores garantiza un espectáculo donde cualquier error puede cambiar el rumbo del campeonato.
Estrategia y reglajes: el dilema de la carga aerodinámica

La estratégia será la prueba clave para los ingenieros, el Gran Premio de Azerbaiyán no solo se decide en pista, también en los talleres. Los equipos se enfrentan al eterno dilema de cargar el monoplaza con más ala para el sector revirado o sacrificar carga aerodinámica para ganar velocidad punta en la recta de casi dos kilómetros.
A esto se suma la elección de neumáticos, ya que Pirelli lleva compuestos más blandos que obligan a un equilibrio entre ritmo y durabilidad. Con la amenaza latente de un coche de seguridad, las estrategias pueden cambiar en cuestión de segundos.
En conclusión, El Gran Premio de Azerbaiyán 2025 promete ser una carrera vibrante, con velocidad máxima, riesgos constantes y un campeonato que podría dar un giro inesperado. Bakú nunca falla en emoción, y este domingo podría marcar el punto de quiebre en la temporada.