El joven Jackson Chourio encabeza la presencia venezolana en los Cerveceros junto a William Contreras y Andruw Monasterio, con la mira puesta en destronar a los Dodgers en la Serie Final de Campeonato de la Liga Nacional.
Chourio está listo para su gran cita

Jackson Chourio con apenas 21 años, se prepara para el mayor reto de su joven carrera: ser protagonista en la Serie Final de Campeonato de la Liga Nacional con los Cerveceros de Milwaukee. Su ascenso meteórico ha cautivado a los fanáticos y convertido su apellido en sinónimo de esperanza para el equipo y orgullo para Venezuela.
Durante la serie ante los Dodgers de Los Ángeles, Chourio demostró que no le tiembla el pulso ante la presión. Conectó batazos claves y mostró una madurez poco habitual para su edad. Su velocidad en las bases y su energía en los jardines han inyectado chispa a una novena que confía en él como uno de sus motores ofensivos. En la temporada regular, su promedio de .270 con 21 cuadrangulares y 21 bases robadas reflejó el equilibrio entre poder y constancia que lo caracteriza.
“Cada turno es una oportunidad para aprender y mejorar. No importa la edad, lo importante es responder cuando el equipo te necesita”, declaró Chourio a los medios locales antes del arranque de la serie, reflejando la serenidad de un veterano en cuerpo de novato.
El marabino no solo representa juventud, sino renovación. Milwaukee apostó por él desde sus días en las ligas menores y hoy recoge los frutos de una firma que cambió el futuro de la franquicia. Su contrato a largo plazo no es una casualidad: Chourio es la pieza que puede abrir la puerta hacia la primera Serie Mundial de los Cerveceros desde 1982.
La química venezolana que impulsa a los Cerveceros
Milwaukee ha encontrado en el talento venezolano una fuente de energía y conexión dentro del Club House. Junto a Chourio, destacan el receptor William Contreras, uno de los bates más consistentes del equipo, y el infielder Andruw Monasterio, pieza de recambio clave en la estrategia defensiva.

Contreras ha sido un líder silencioso pero firme, aportando ofensiva, experiencia y una mentalidad competitiva que inspira al grupo. Su sintonía con los lanzadores ha sido vital para mantener la estabilidad en la rotación, mientras que Monasterio aporta versatilidad y compromiso, siempre listo para responder cuando el manager Pat Murphyl lo requiere.

Esa triada venezolana se ha convertido en un símbolo de constancia y pasión, elementos que definen el carácter de los Cerveceros en esta postemporada. Tres caminos distintos, una misma bandera: la vinotinto ondeando en el corazón de la Liga Nacional.
Desafíos y expectativas para la Serie Final
La serie ante los Dodgers no será un paseo. El equipo angelino llega con experiencia y profundidad en su roster, pero Milwaukee cuenta con algo que no se mide en números: hambre. Y Chourio encarna esa palabra a la perfección. Su reto será mantener la paciencia ante lanzadores que saben cómo engañar a bateadores jóvenes. La clave estará en no apresurarse, elegir mejor sus turnos y confiar en su instinto natural.
El coach de bateo, Connor Dawson, ha trabajado con él para ajustar su enfoque en el plato, buscando más consistencia en el contacto y una mayor selección de lanzamientos. Si logra ese equilibrio, el venezolano puede ser el factor sorpresa que incline la balanza.
Si Milwaukee logra avanzar a la Serie Mundial, Chourio estará escribiendo la primera página dorada de una carrera destinada a la grandeza. Por ahora, el mensaje es claro: el futuro del béisbol latino ya está aquí, y su nombre se pronuncia con acento zuliano.