La Selección Colombia comenzó con pie firme su ruta hacia el Mundial de la FIFA 2026. Los dirigidos por Néstor Lorenzo aprovecharon la doble fecha FIFA en Estados Unidos para reafirmar sensaciones: ante México, la Tricolor firmó una de sus presentaciones más contundentes en los últimos años, imponiéndose 4-0 con autoridad; hoy frente a Canadá, mostró equilibrio y disciplina táctica, cerrando un empate sin goles que sirvió para observar variantes y afinar detalles.
Una goleada que ilusiona

El primer amistoso ante México en Arlington fue un auténtico golpe de autoridad. Colombia dominó de principio a fin, exhibiendo presión alta, movilidad ofensiva y una intensidad que asfixió a los aztecas.
Los goles de Jhon Lucumí, Luis Díaz, Jefferson Lerma y Johan Carbonero confirmaron el poder colectivo de un grupo que se entiende, se comunica y mantiene la ambición intacta.
Más allá del resultado, la gran virtud fue la coherencia táctica: líneas compactas, recuperación inmediata y un mediocampo que supo administrar tiempos con equilibrio. Lorenzo logró un bloque dinámico, capaz de pasar del repliegue a la explosión ofensiva en cuestión de segundos.
Luis Díaz volvió a ser figura, mostrando su desequilibrio y liderazgo, mientras James Rodríguez —aunque sin anotar— dirigió el juego con precisión quirúrgica. La conexión entre ambos fue uno de los puntos altos del encuentro.
Ante Canadá, una prueba diferente

El segundo duelo ante Canadá, la Tricolor se vio en otro tipo de reto: menos espacios, más densidad en el medio y un rival que apostó por la defensa estructurada en el Sports Illustrate Stadium de Harrison, Nueva Jersey.
Colombia manejó la posesión, pero careció de profundidad en los metros finales. Sin embargo, el orden táctico y la paciencia fueron señales de madurez colectiva.
Este partido sirvió para ver en acción a nuevos nombres que buscan ganarse un lugar en el proceso. Jugadores como Kevin Serna, Yaser Asprilla, Kevin Castaño y Deiver Machado tuvieron minutos valiosos, demostrando que hay una base amplia con talento y proyección.
En el arco, Álvaro Montero respondió con seguridad cada vez que fue exigido, consolidándose como una alternativa sólida para el futuro cercano.
Rumbo al Mundial 2026: señales positivas
Con estos dos compromisos, Colombia deja más certezas que dudas. La contundencia frente a México y la solidez ante Canadá confirman que el proceso va por buen camino.
El reto ahora será sostener la intensidad y mejorar la eficacia ante defensas cerradas, un aspecto clave pensando en los duelos de eliminatorias y en la Copa América del próximo año.
Los amistosos en territorio norteamericano dejaron un mensaje claro: la Tricolor está viva, conectada y con hambre de volver a ser protagonista en el escenario mundial.